"Si el mundo estuviese hecho de harina, querríamos conocer los secretos de la harina; si de huevo, los secretos del huevo; si de plastilina, los de la plastilina. Nosotros estamos hechos, sobre todo, de palabras." J. J. Millás

martes, 23 de noviembre de 2010

OTRAS SERRANILLAS

        Además de las Serranillas del Marqués de Santillana, os subo aquí otras dos: la primera pertenece al Arcipreste de Hita (s. XIV) y está incluida en El libro del Buen Amor. La segunda fue escrita por Lope de Vega en pleno barroco español pero con rasgos populares que caracterizaron la mayor parte de su obra.

        Creo que es interesante observar cómo se mantiene la estructura de la composición, aunque aparece evolución de la situación, del personaje masculino y, sobre todo, de la serrana. Quizá, la más heterodoxa sea la más antigua.


"La serrana violadora", El arcipreste de Hita

Pasando yo una mañana
el puerto de Malangosto
asaltóme una serrana
tan pronto asomé mi rostro.
“Desgraciado, ¿dónde andas?
¿Qué buscas o qué demandas
por aqueste puerto angosto?”

Contesté yo a sus preguntas:
“Me voy para Sotos Albos”
Dijo: “¡El pecado barruntas
con esos aires tan bravos!
Por aquesta encrucijada
que yo tengo bien guardada,
no pasan los hombres salvos.”

Plantóseme en el sendero
la sarnosa, ruin y fea,dijo:
“¡Por mi fe, escudero!
aquí me estaré yo queda;
hasta que algo me prometas,
por mucho que tú arremetas,
no pasarás la vereda.”

Díjele: “¡Por Dios, vaquera,
no me estorbes la jornada!
deja libre la carrera;
para ti no traje nada.”
Me repuso: “Entonces torna,
por Somosierra trastorna,
que aquí no tendrás posada.”

Y la Chata endiablada,
¡que San Julián la confunda!
arrojóme la cayada
y, volteando su honda,
dijo afinando el pedrero:
“¡Por el Padre verdadero,
tú me pagas hoy la ronda!”

Nieve había, granizaba,
hablóme la Chata luego
y hablando me amenazaba:
“¡Paga o ya verás el juego!
”Dije yo: “¡Por Dios, hermosa,
deciros quiero una cosa,
pero sea junto al fuego!”

“Yo te llevaré a mi casa
y te mostraré el camino,
encenderé fuego y brasa
y te daré pan y vino.
Pero ¡a fe!, promete algo
y te tendré por hidalgo.
¡Buena mañana te vino!”

[…]

Me hizo entrar mucha aína
en su venta, con enhoto;
y me dio hoguera de encina,
mucho conejo de Soto,
buenas perdices asadas,
hogazas mal amasadas
y buena carne de choto.

De vino bueno un cuartero,
manteca de vacas, mucha,
mucho queso de ahumadero,
leche, natas y una trucha;
después me dijo: “¡Hadeduro!,
comamos de este pan duro,
luego haremos una lucha.”

Cuando el tiempo fue pasando,
fuime desentumeciendo;
como me iba calentando
así me iba sonriendo.
Observóme la pastora;
dijo: “Compañero, ahora
creo que voy entendiendo”.

La vaqueriza, traviesa,
dijo: “Luchemos un rato,
levántate ya, de priesa;
quítate de encima el hato”.
Por la muñeca me priso,
tuve que hacer cuanto quiso,
¡creo que me fue barato!

"Serranilla", Lope de Vega

Reverencia os hago, 
 linda vizcaína, 
 que no hay en Vitoria 
 doncella más linda. 
 Llevaisla del alma 
 que esos ojos mira 
 y esas blancas tocas 
 son prisiones ricas. 
 Más preciara haceros, 
 mi querida amiga, 
 que vencer los moros 
 que a Navarra lidian. 
 -Id con Dios, el conde, 
 mirad que soy niña, 
 y he miedo a los hombres 
 que andan en la villa. 
 Si me ve mi madre, 
 a fe que me riña. 
 Yo no trato en almas, 
 sino en almohadillas. 
 -Dadme vuestra mano; 
 vámonos, mi vida, 
 a la mar, que tengo 
 cuatro naves mías. 
 -¡Ay Dios, que me fuerzan! 
 ¡Ay Dios, que me obligan! 
 Tómala en los brazos 
 y a la mar camina. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario